Enfermedad Celíaca: Síntomas y Signos

La enfermedad celíaca es una patología autoinmune que se desencadena por la ingestión de gluten en personas genéticamente predispuestas. Los síntomas y signos de la enfermedad celíaca son diversos y pueden variar considerablemente entre individuos, lo que puede dificultar su diagnóstico. Esta variabilidad en la presentación clínica subraya la importancia de una evaluación exhaustiva para identificar esta condición.

Síntomas Gastrointestinales

Los síntomas gastrointestinales clásicos de la enfermedad celíaca incluyen diarrea crónica, distensión abdominal, dolor abdominal, y pérdida de peso. La diarrea crónica es uno de los síntomas más frecuentes y puede estar acompañada de esteatorrea. La distensión y el dolor abdominal son comunes debido a la inflamación y malabsorción en el intestino delgado.

La enfermedad celíaca también puede presentarse con una variedad de síntomas extraintestinales que pueden complicar el diagnóstico. Entre estos se encuentran la anemia ferropénica, osteoporosis, dermatitis herpetiforme, infertilidad, y trastornos neurológicos como la neuropatía periférica y la ataxia. La anemia es una manifestación común, frecuentemente resultante de la malabsorción de hierro. La dermatitis herpetiforme, una erupción cutánea pruriginosa, es una manifestación dermatológica específica de la enfermedad celíaca.

Enfermedad Celíaca Silente y Subclínica

La enfermedad celíaca puede ser asintomática (silente) o subclínica, presentándose con síntomas inespecíficos o leves que pueden pasar desapercibidos. En estos casos, los pacientes pueden tener una mucosa intestinal dañada sin síntomas evidentes. La identificación de estos pacientes a menudo ocurre a través de pruebas serológicas realizadas debido a factores de riesgo, como la historia familiar de enfermedad celíaca o la presencia de otras enfermedades autoinmunes.

Complicaciones a Largo Plazo

Si no se diagnostica y trata adecuadamente, la enfermedad celíaca puede llevar a complicaciones graves a largo plazo, incluyendo la desnutrición, el retraso en el crecimiento en niños, osteoporosis, y un riesgo incrementado de linfoma intestinal. Estas complicaciones resaltan la importancia de un diagnóstico temprano y un manejo adecuado mediante una dieta estricta sin gluten.