El delirium tremens es una complicación severa asociada con el alcoholismo crónico, caracterizada por síntomas de abstinencia graves que pueden poner en peligro la vida del paciente. Este estado de agitación extrema, confusión y disfunción autonómica es una emergencia médica que requiere atención inmediata.
El principal desencadenante del delirium tremens es la interrupción abrupta del consumo de alcohol en individuos con una larga historia de abuso. A menudo, se desarrolla dentro de los primeros 72 horas después de la última ingesta de alcohol, aunque puede ocurrir más tarde. Los factores de riesgo incluyen una historia de episodios previos de abstinencia, consumo crónico de alcohol en grandes cantidades y enfermedades concomitantes.
Los síntomas característicos del delirium tremens incluyen temblores intensos, agitación, alucinaciones visuales y auditivas, sudoración profusa, taquicardia, hipertensión y fiebre. Estos síntomas pueden progresar rápidamente y desencadenar complicaciones potencialmente mortales, como convulsiones, arritmias cardíacas, colapso cardiovascular e incluso la muerte si no se manejan adecuadamente.
El diagnóstico del delirium tremens se basa en la historia clínica del paciente, los síntomas observados y la exclusión de otras causas de delirio. El tratamiento requiere una intervención médica urgente, que generalmente incluye la administración de benzodiacepinas para controlar la agitación y prevenir las convulsiones, así como el manejo de las complicaciones médicas concurrentes.
Es crucial que los profesionales de la salud estén familiarizados con el delirium tremens y reconozcan sus signos y síntomas para proporcionar una atención médica oportuna y adecuada a los pacientes con alcoholismo. La prevención primaria implica educar a los individuos sobre los riesgos del consumo excesivo de alcohol y fomentar la búsqueda de ayuda temprana para el tratamiento de la adicción al alcohol.
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