El abordaje nutricional de la celiaquía es esencial para el manejo eficaz de esta enfermedad autoinmune. La dieta sin gluten es el único tratamiento disponible y requiere una adherencia estricta para prevenir complicaciones y promover la recuperación de la mucosa intestinal. A continuación, se detallan estrategias clave para el tratamiento nutricional de la celiaquía.
En el momento del diagnóstico, es fundamental realizar una evaluación exhaustiva que incluya pruebas serológicas y biopsia intestinal para confirmar la enfermedad celíaca. Una evaluación nutricional detallada ayudará a identificar deficiencias de nutrientes y establecer un plan de tratamiento adecuado.
La educación es una piedra angular en el manejo de la celiaquía. Los pacientes deben recibir información detallada sobre qué alimentos contienen gluten, cómo evitar la contaminación cruzada y cómo leer las etiquetas de los productos alimenticios. El apoyo de un dietista especializado en celiaquía es crucial para garantizar que el paciente comprenda completamente estas pautas.
La dieta sin gluten excluye todos los productos que contienen trigo, cebada, centeno y sus derivados. Los pacientes deben centrarse en alimentos naturalmente libres de gluten como frutas, verduras, carnes, pescados, huevos y productos lácteos. Los granos sin gluten como el arroz, el maíz, la quinoa y el amaranto son opciones seguras y nutritivas.
La contaminación cruzada es una preocupación constante. Se recomienda que los pacientes utilicen utensilios de cocina, tablas de cortar y tostadoras separadas para los alimentos sin gluten. Además, es importante que almacenen los productos sin gluten en áreas designadas para evitar la mezcla con alimentos que contienen gluten.
El seguimiento regular es esencial para monitorear la adherencia a la dieta sin gluten y evaluar la recuperación de la mucosa intestinal. Se deben realizar pruebas serológicas periódicas, como los anticuerpos anti-transglutaminasa tisular (anti-tTG), para detectar la exposición inadvertida al gluten y asegurar que el paciente sigue una dieta estricta.
Debido a la malabsorción, es común que los pacientes con celiaquía presenten deficiencias de hierro, calcio, vitamina D y vitaminas del complejo B. La suplementación adecuada y la inclusión de alimentos ricos en estos nutrientes son esenciales para corregir estas deficiencias y promover una salud óptima.
El manejo de la celiaquía puede ser emocionalmente desafiante. El apoyo psicológico y la participación en grupos de apoyo pueden ayudar a los pacientes a adaptarse a su nueva dieta y mantener la adherencia a largo plazo. El soporte social también puede ofrecer estrategias prácticas y compartir experiencias útiles.
Además de la dieta sin gluten, se están investigando nuevas terapias para el tratamiento de la celiaquía. Estas incluyen enzimas que descomponen el gluten y tratamientos inmunomoduladores que podrían ofrecer alternativas adicionales para los pacientes en el futuro.
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