El manejo dietético de la celiaquía implica una estricta eliminación del gluten de la dieta. Los profesionales de la salud deben guiar a los pacientes en la selección de alimentos adecuados, asegurando una nutrición equilibrada y evitando la contaminación cruzada. La adherencia a una dieta sin gluten es fundamental para prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida.
Las frutas y verduras frescas son naturalmente libres de gluten y deben constituir una parte importante de la dieta de un paciente con celiaquía. Además de ser una fuente rica de vitaminas, minerales y fibra, estos alimentos ayudan a mantener una buena salud digestiva.
Carnes, Pescados y Huevos
Las carnes frescas, los pescados y los huevos también son libres de gluten. Estos alimentos proporcionan proteínas esenciales, hierro y otros nutrientes vitales. Es importante asegurarse de que no estén procesados ni contaminados con gluten durante su preparación.
Granos y Cereales Sin Gluten
Granos como el arroz, el maíz, la quinoa, el amaranto, el mijo y el trigo sarraceno son excelentes opciones sin gluten. Estos granos pueden ser incorporados en diversas recetas, proporcionando variedad y nutrición en la dieta diaria de los pacientes.
Existen numerosos productos en el mercado específicamente diseñados para personas con celiaquía, como panes, pastas y harinas sin gluten. Al seleccionar estos productos, es crucial verificar las etiquetas y asegurar que estén certificados como libres de gluten para evitar la contaminación cruzada.
La mayoría de los productos lácteos, como la leche, el yogur y el queso, son naturalmente libres de gluten. Sin embargo, es importante revisar las etiquetas de productos procesados para asegurarse de que no contengan aditivos con gluten.
Para aquellos que también tienen intolerancia a la lactosa, existen alternativas como las leches vegetales (almendra, coco, arroz, soya) que son libres de gluten y pueden ser incluidas en la dieta.
Para evitar la contaminación cruzada, los pacientes deben usar utensilios de cocina, tablas de cortar y electrodomésticos separados para los alimentos sin gluten. Además, es recomendable almacenar los alimentos sin gluten en áreas designadas y alejadas de productos que contengan gluten.
La educación del paciente sobre la importancia de leer las etiquetas y preguntar sobre los ingredientes cuando comen fuera de casa es crucial. La concienciación sobre los posibles puntos de contaminación cruzada ayuda a mantener la dieta libre de gluten de manera efectiva.
Dado que la celiaquía puede llevar a deficiencias de nutrientes como el hierro, calcio, vitamina D y vitaminas del complejo B, es fundamental considerar la suplementación cuando sea necesario. La evaluación regular de los niveles de nutrientes y la suplementación adecuada pueden prevenir complicaciones a largo plazo.
Un dietista especializado en celiaquía puede proporcionar orientación personalizada para asegurar que la dieta del paciente sea completa y equilibrada, además de ofrecer estrategias para mantener la adherencia a la dieta sin gluten.
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