La enfermedad celíaca es una patología autoinmune desencadenada por la ingestión de gluten en individuos predispuestos genéticamente. Su presentación clínica puede ser variable, lo que hace necesario considerar un amplio diagnóstico diferencial para asegurar un manejo adecuado del paciente. Es esencial distinguir la enfermedad celíaca de otras condiciones con síntomas y hallazgos histológicos similares.
El síndrome del intestino irritable (SII) es una afección común que puede presentar síntomas superpuestos con la enfermedad celíaca, como dolor abdominal, distensión y alteraciones en el hábito intestinal. A diferencia de la enfermedad celíaca, el SII no causa daño histológico en la mucosa intestinal ni responde a la eliminación del gluten de la dieta. Las pruebas serológicas y la biopsia intestinal son fundamentales para diferenciarlas.
La enfermedad de Crohn es una enfermedad inflamatoria intestinal que puede afectar cualquier parte del tracto gastrointestinal. Puede presentar síntomas similares a la enfermedad celíaca, como diarrea crónica y dolor abdominal. Sin embargo, las características histológicas de la enfermedad de Crohn, como la presencia de granulomas no caseificantes y la afectación transmural, la distinguen de la enfermedad celíaca.
La intolerancia a la lactosa se debe a la deficiencia de lactasa en la mucosa intestinal, resultando en síntomas gastrointestinales tras la ingesta de lactosa. Aunque puede coexistir con la enfermedad celíaca, es importante diferenciarla mediante la prueba de hidrógeno espirado o la prueba de tolerancia a la lactosa. A diferencia de la enfermedad celíaca, la intolerancia a la lactosa no causa daño en las vellosidades intestinales.
Las infecciones gastrointestinales, como la giardiasis, pueden causar síntomas similares a la enfermedad celíaca, incluyendo diarrea y malabsorción. La identificación del agente infeccioso mediante estudios de heces y la respuesta al tratamiento antimicrobiano ayudan a diferenciarlas. La histología puede mostrar cambios inflamatorios agudos sin la atrofia de vellosidades típica de la enfermedad celíaca.
La enteropatía autoinmune es una condición rara que puede imitar a la enfermedad celíaca. Se caracteriza por una infiltración linfocítica en la mucosa intestinal y puede presentarse con síntomas similares. La diferenciación se basa en la serología negativa para anticuerpos celíacos y la falta de respuesta a la dieta sin gluten. El diagnóstico puede requerir estudios inmunológicos y, a veces, biopsia de otras áreas del tracto gastrointestinal.
La deficiencia selectiva de IgA es una condición inmunológica que puede complicar el diagnóstico de la enfermedad celíaca. Los pacientes con esta deficiencia pueden tener resultados serológicos falsamente negativos para anticuerpos IgA específicos. En estos casos, se recomienda medir anticuerpos IgG para transglutaminasa tisular o antiendomisio para asegurar un diagnóstico preciso.
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